Promover programas de educación emocional y de resolución pacífica de conflictos que permita el establecimiento de relaciones de equidad que
protegen de cualquier situación de violencia.
Impulsar entre los centros educativos actuaciones formativas en materia de prevención de la violencia de género como factor clave que
fortalece a las y los adolescentes ante el riesgo de padecerla o ejercerla, disminuyendo el nivel de riesgo de sufrirla.
Desarrollar entre el alumnado la capacidad para percibir e identificar conductas sexistas en situaciones cotidianas de su vida.
Implicar a la comunidad educativa en el desarrollo de medidas que promuevan la igualdad y la prevención de la violencia de género.
Favorecer la creación de recursos didácticos que puedan ser extrapolables a otros centros docentes y sostenibles en el tiempo.